miércoles, julio 04, 2007

YO SOY MUCHOS (Pero todos trabajadores)

Larga y posiblemente malograda indagación sobre la muchedumbre interior y sus posibilidades (ensayo depurativo demasiado diarreico, sepan disculpar)

-¿Por qué se dice que está vacío?
-Mmm...porque no tiene forma definida...
-¿Qué es lo que no tiene forma?
-El “yo”, supongo...
-Pero... ¿Usted tiene una forma, no?
-Si, claro...
-Entonces,¿Qué es lo que está vacío?
- ...........
-¿Usted es siempre el mismo?
- No, no...
-¿Qué se diría de usted si se comportara igual con su madre que con su novia o con un extraño?
Si siempre tuviese el mismo comportamiento en todas las situaciones con todas las personas que encuentra....¿Qué se podría decir de usted?
-Que estoy loco!
-Entonces,¿Por qué se dice que esta vacío?
-¿Porqué cambia...?


-Dialogo con monja budista en templo del barrio coreano de Parque Chacabuco, Bs. As
( la que pregunta es ella, el que trata de contestar es quien esto escribe- También hay una joven traductora coreana haciendo de interprete pero mejor obviemos ese pequeño detalle).

* * *
1-Baño greco-africano, múltiple y refrescante
(citando comentaristas blogueriles y demás)

Tengo una anécdota:

Había una vez , hace no demasiado tiempo supongo, un grupo de etnomusicólogos y un
músico clásico al que muchos consideraban como uno de los mas rápidos en el mundo transcribiendo la música que se le presentara.
La parte que nos interesa de la historia comienza cuando todos ellos viajan a África para un documental y ahí nomás entran en contacto con una tribu supuestamente “salvaje”.
En un momento uno de los músicos nativos se pone a tocar un instrumento propio de su cultura y el músico clásico a transcribir lo que escucha, pero debido a que el instrumento del africano suena en una afinación que parece ser menos delimitada que la afinación convencional, hay un segmento que al músico clásico no le queda claro y a través de un traductor le pide al nativo que repita lo que había tocado.

El nativo , entonces, vuelve a tocar para el músico. Pasado un rato el músico lo interrumpe para decirle que eso no era lo que estaba tocando antes (El hombre había variado un poco un fraseo). A lo que el nativo sin dudar responde algo que traducido al español vendría a ser mas o menos lo siguiente:

“Es que yo tampoco soy mas el que era hace un rato”

En realidad, debo esta pequeña anécdota a un comentador de la tertulia digital Cosmo Media, en el marco de una discusión mas o menos filosófica sobre biblias, calefones, telekinesia, noise rock y demás cuestiones bonitas . En este caso el muchacho se acordaba de esto que vio en un documental y nos ilustraba la escena a los demás. A mi la historia me causa cierto efecto: Me quedo pensando y como soy medio lerdo para las conclusiones, casi cuatro meses después me pongo a escribir esto para plasmar algo que ahora que veo me acabo de olvidar. De todas maneras, mirando solo el lado amable de las cosas no me siento tan mal parado: Es que no me olvido de agradecerle al comentador, pero me cuido muy bien de no mencionar su nombre, porque una cosa es “plagiar” y otra cosa es “escrachar”.

Lo que si retengo es una ultima observación del muchacho, que alude a como ciertas ideas de nuestra filosofía antigua, como la del devenir y la inconsistencia de lo que en principio uno tendería a percibir engañosamente como sólido e inmutable - popularizada por el famoso slogan griego “No nos bañamos dos veces en el mismo río”- pueden ser compartidas, aunque con matices bien propios en cada caso, por una cultura totalmente distinta a la nuestra y sobretodo por alguien en particular que con casi total seguridad no debe haber leído ni va a leer un puto libro en su vida.

Quizás traduzca mal sus reflexiones o quizás le termine haciendo justicia precisamente al traducir mal las mías, pero para actualizar la frase celebre de don Heráclito a la situación sugerida por el caso del africano yo propondría lo siguiente:

“En este río que no es el mismo dos veces no se baña nunca ( ni por mas limpio que sea el tipo) el mismo hombre”

Bueno, hasta acá llega todo mi aporte a la filosofía contemporánea , no quiero que me tomen por demasiado pelmazo, ni por atrevido por meterme con pensadores que, después de todo, no volví a leer desde la secundaria. Es que en realidad esta intuición no nace tanto de la lectura cuanto de la simple observación de los muchos que en un día de verano con cuarenta grados en la sombra se dan un chapuzón y salen del agua exclamando “Ahhh, soy un hombre nuevo!”. Simple hecho, simple reflexión.

Pero no los aburro mas y solo para que me sigan leyendo les cuento ahora un chiste extraído de la muy recomendable “Antología del humor correntino” (Cáp. 3, 11 "Chistes zonzos")

El chiste dice así:

"Que hace ahí tan calladito, Ramón?"

-"Estoy meditando, doña..."

-"Y eso como es?"

-"Meditar, doña, es hablar con uno mismo"

-"Ahhh, y que se anda diciendo, Ramón"

-"No tengo la mas puta idea, doña...hace como una semana que no me hablo"

Por eso, al igual que un poeta ciego que no es Homero ni ninguno de los otros de Matt Groening yo creo que no es uno quien elige los temas sobre los cuales escribe, de la misma manera en que no es uno quien elige tantas otras cosas vitales que puedan de pronto pasarle, desde encontrarse al amor de su vida en un concurso de doma y a su jefe en el supermercado a resbalarse fatalmente con una cáscara de banana en un estacionamiento vacío a las 4 y media de la mañana. Las cosas pasan sin preguntarnos que-como-donde y cuando, así -al menos- se me antoja hoy a mi: A nosotros se nos da el estar ahí en el momento justo o injusto para suerte o desgracia o lo que sea que parezca ser.

En otras palabras, pasan tantas cosas alrededor nuestro,
pero algunas parecen pasarnos mas que otras.
Y a eso algunos le llaman interés, otros magnetismo o simpatía y otros puro azar o simple “pedo”.

ya lo decía el sabio Ramiro Ochoa:

"Mi existencia es científica
Mi inexistencia comprobable,
Mis dichos reprobables,

Pero algo es seguro:
......Mis sed de canguro!"

Pero me estoy yendo de tema, porque la cuestión acá era otra:

Hace varios pares de meses, navegando la blogosfera caigo en este blog.
En los comments de un post que con absoluta seguridad debe ser mas que viejo se discutía sobre lo que era ser un "artista múltiple" o algo así, es decir un artista abocado a distintos expresiones, con múltiples proyectos en distintas ramas del arte, etc.
Ahí, entre los comentadores artistas, parecía haber pleno consenso en cuanto a una cosa que podría resumirse de la siguiente manera " es que yo no soy el mismo, cuando hago música que cuando hago video, cuando trabajo en el proyecto A que con el grupo X".

No se que habría pensado Leonardo Da Vinci de estas afirmaciones, pero me imagino al africano del documental cagandose de risa de todos nosotros por estar discutiendo semejantes obviedades.

***
2-LUIS, PEPE O LA INSISTENCIA (somos muchos, muchos... y que?)

Lao le pregunto: ‘¿Vienes de parte de Keng?’
‘Si’, replico el estudiante.
‘¿Quiénes son esas personas que has traido contigo?’
El discípulo se volvió rápidamente para mirar. No había nadie.¡Pánico!
Lao dijo: ‘¿No comprendes?’
El discípulo agachó la cabeza. ¡Confusión!
Después un suspiro. ‘Ay de mi he olvidado mi respuesta.’
(¡Más confusión!) ‘También he olvidado mi pregunta.’

-
El discípulo de Keng- Anónimo


La primera vez que leí sobre este tema la multiplicidad de los yoes fue hace mucho tiempo en una biografía de G.I. Gurdjieff. Después volví a encontrarlo por todas partes. Claro, por entonces yo no tenía ni la mas remota idea de que se trataba de uno de los temas recurrentes de la psicología y el arte posmodernos. Mas bien lo encontraba en libritos muy baratos de esoterismo. Muy baratos porque por ese entonces (hace diez años ya) yo compraba esos libritos mas que nada por el precio (nunca mas de cinco pesos, muy a menudo tres, dos o un peso inclusive) y claro también, por las tapas, muy bizarras y llamativas, como bien podrán imaginar.

Habiendo leído algo de Gurdjieff me daba cuenta clara o turbiamente de que en cuanto al contenido al menos, todos parecian beber de la misma fuente aunque muchas veces llegaba yo a suponer que el choreo no era de primera mano, si no que muy a menudo se trataba del clásico "choreo a otro chorro". Y ya que hablamos de chorros y fuentes no estaría mal recordar eso de que "Ladrón que roba a otro ladrón tiene cien años de perdón"

Sea como sea, no habiendo aun decidido si lo que buscaba yo era conocimiento de algún tipo o placer en algo que parecía ser una variante impensada y bastante degradada de la literatura fantástica, me maravillaba de los distintos enfoques que se le podía dar al tema.

A veces la cosa venía de esta manera:

"Porque el "yo" que decide hacer dieta a la mañana no es el mismo "yo" que se come el postre luego o cena ferozmente hasta la saciedad esa misma noche, el "yo" que se compromete a levantarse temprano todos los días no es el mismo "yo" que después duerme como si ese compromiso nunca hubiese existido"

Yo me reía si, y a carcajadas a veces, pero, tampoco eran escasos los momentos en que pensaba- para que negarlo- que mas allá de las formas en que esto era presentado había, o debería haber detrás de todo o en algún otro lugar, un modelo para comprender un poco mejor las acciones tan irracionales de los seres humanos, genero dentro del cual me suelo considerar cuando no contemplo otras opciones seguramente mas fantásticas pero igualmente apasionantes.

Ah, pero bueno!...la cosa es que, justamente, yo tampoco me pensaba "uno":

Mientras yo explotaba en hilaridad gracias a estas estas lecturas seudo-esotéricas, otro “yo” tomaba apuntes y estudiaba el tema con devota concentración mientras un tercer "yo" se maravillaba observando en detalle a este par de seres tan antitéticos que lo habitaban sin haberle pedido permiso. Alguno podría pensar esta tri-partición como alguna clase de perversa mutilación o descuartizamiento psíquico, yo en cambio no objetaba nada, solo seguía así, multiplicándome o dividiéndome así, casi como quien no quiere la cosa.
Pero eso pasaba cuando tenía fiebre o cuando era cadete en el microcentro, y es solo un detalle, otra historia que por el momento no viene al caso contar.

En cambio prefiero traer a la memoria la manera en la que algunos libros encaraban estas cuestiones mas bien resbaladizas. Creo que el siguiente es un buen ejemplo del tono un tanto fervoroso y bastante insistente de muchos de estos escritos:

(Transcribo textualmente algunos fragmentos del libro en cuestión, sin alterar licencias tipográficas ni demás innovaciones del lenguaje)

“El Mamífero Racional equivocadamente llamado hombre, realmente no posee una individualidad definida. Incuestionablemente esta falta de unidad Psicológica en el humanoide, es la causa de tantas dificultades y amarguras.”

“No quieren darse cuenta los “Sabiondos” (sic) de esta edad negra en que vivimos, que “Yo Superior” o “Yo inferior” son dos secciones del mismo Ego pluralizado..”

“El humanoide no tiene ciertamente un “YO Permanente e inmutable sino una multitud de diferentes “Yoes” Infrahumanos y absurdos.

“Pensar que si una persona se llama Luis es siempre Luis, resulta algo así como una broma de mal gusto...”

“Ese sujeto al que se llama Luis tiene en si mismo otros “Yoes”, otros egos, que se expresan a través de su personalidad en diferentes momentos y aunque a Luis no guste de la codicia, otro “Yo” en el- llamémosle Pepe- gusta de la codicia y así sucesivamente.”

Mas allá de el humor involuntario, mas allá de Pepe y de Luis , mas allá del humanoide y de tantas cosas que no transcribo para que no crean que estoy inventando como el mas atorrante de los farsantes, me llama la atención la vehemente insistencia en el concepto de la multiplicidad de los yoes, insistencia que en muchos de estos libros (y estos que cito no son ciertamente la excepción) llegaban a ocupar la mayor parte del texto. Como si se supusiera de antemano que este tema no va a ser aceptado o comprendido por el lector, como si se tratara de la revelación mas fantástica de la psicología moderna, como si a uno no le rompiera las pelotas que después de cincuenta paginas se siga con frases como “Es sumamente urgente e inapelable que el lector comprenda la doctrina de lo yoes múltiples , que comprenda que el no es uno, que bla bla bla...” como si fuera tan difícil imaginar al africano, al artista múltiple – o incluisive- al fumeta diciendo “Todo bien con eso, ya nadie lo duda viejo, ahora, por favor, relajate”

Pero ahora que lo pienso mejor, puedo también percatarme de otras cosas. Es que no se crean, en mi también existe el ser comprensivo, conciliador el “yo reflexivo y paciente” que en este caso me apunta con amables modales y como quien no quiere la cosa que quizás, no sea solo la torpeza propia del escritor o gurú wannabe, ni el carácter muy presumiblemente chanta y embaucador de este tipo de trabajos el principal motivo de la pesada insistencia en torno al tópico este de los muchos yoes.

Después de todo estamos hablando de libros de unas cuantas décadas ( la primera cita pertenece a un libro del año 1966, la segunda incluye fragmentos de un libro del 74, otros libros del estilo, que supe tener, perder, regalar o incluso recortar, ya eran viejos hace diez años). Porque antes era antes y antes el mundo era otro y posiblemente en ese mundo que ya es viejo y casi no existe, la percepción de la propia identidad como algo fijo y estable fuera - al no estar amenazada por los múltiples estímulos del mundo actual- mucho mas común que ahora. Esto ultimo lo dice mi “yo analítico” a quien no le pido opinión pero igual se inmiscuye con su habitual verborrea explicativa (También estoy robando de manera un poco bárbara aunque demasiado al tun- tun y casi sin darme cuenta, algunos argumentos del libro The Saturated Self. Dilemas of Identity in Contemporary Life1991 Basic Books- Eso es porque lo terminé hace poco y todavía lo tengo orbitando en mi geografía neuronal, que se le va a hacer...)

3-ABRIENDO, CERRANDO, DISGREGANDO. MI METODO Y EL DE OLIVERIO

“Hay que cuidar lo de adentro
que lo de ajuera es prestao

-Nazareno Rios

Vamos a empezar sintetizando aun a riesgo de sonar trillados o pasados por agua:

Cada hombre es un hombre de su tiempo y estos tiempos (vamos a ponerlo en plural) parecen hacer mas comprensibles ideas que antes aparecían como herméticas o simplemente chifladas. Me corrijo: Quizás no todo hombre sea un “hombre de su tiempo”, seguramente habrá por ahí muchos hombres desactualizados, chapados a la antigua, anclados a los hábitos del pasado, estructurados, mal pensados,automatizados, atomizados, prejuiciosos, poco flexibles o lo que sea (Algunos creen que toda la humanidad funciona de ese modo, yo en lo posible trato de evitar las ópticas demasiado negativas o paranoicas por pura practicidad operativa de ejercicio optimista, nomás). Entonces haciendo uso de la dudosa sabiduría recién repasada podemos hablar de hombres “humanoides” o de “Luis/Pepes” (una vulgarización de la metáfora esquizoide del Jekyll/Hyde?) o aplicar estos modelos descriptivos a ciertos estados interiores mas o menos vivenciables por todos nosotros. Pero en general conviene no ser muy dogmático y dejar abierta cualquier tipo de posibilidad porque así como hay hombres de “este tiempo” y hombres “del pasado” también existen algunos que viven irremediablemente desfasados.

Es que entre las perturbaciones de los fenómenos de personalidades múltiples hay uno muy curioso y que tiene el factor tiempo como condimento esencial. En ese estado de conciencia tan extraño, la persona siente no solo que es mas de uno, si no que uno o varios de esos yoes están localizados en otras dimensiones temporales.

Esto es bien raro si, pero hay casos bien documentados. Algunos conocerán la historia de Philip K. Dick que en un cierto periodo de su vida sentía que compartía su conciencia con un ser de la Antigua Roma. Cuando este tomaba el mando se le hacia casi imposible hacer cosas del siglo 20 como manejar un auto o cruzar las avenidas tranquilamente. Esto que parece tan raro y a lo que alguna vez espero dedicar mas espacio que este, es algo que sin embargo puedo entender hasta cierto punto. Como en esas ocasión en la que yo además de “yo” era un indio feliz y un monje chino en meditación. Pero eso era cuando tenía fiebre y mucho después de haber sido cadete en el microcentro y además eso también es otra historia.
Pero además, dirán ustedes...¿Qué carajo tiene que ver todo esto con el tema en cuestión?

Bueno nada, es que no quería despedirme sin una buena digresión, un salto hacia adelante en el vacío mas oscuro, para que se vea que no solo miro hacia atrás cuando miro al pasado, también miro hacia adelante. Ya se, no soy buen conductor pero no importa, mañana la historia puede ser otra y no digan que no me avisaron porque esto me lo contaron ustedes en un futuro mas bien cercano.

Pero basta de chistes crípticos para viajeros de otras dimensiones y comedores de hongos fluorescentes, es hora de recapitular y sacar algo en limpio de todo esto, que uno no se embarra por nada.
Nótese que ya en el año milnueve-treinta-y-pico y para contradecir un poco esa falacia de que no hay pioneros por estas partes, un poeta argentino escribía para quien quisiera comprender lo siguiente:

“Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades. En mi la personalidad es una especie de forunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad. Desde que estoy conmigo mismo, es tal lo aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece la de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: En el vestíbulo, en el corredor, en el W.C.”

Oliverio Girondo -de el se trata- grafico como nunca (o como siempre) no se limitaba entonces a diagnosticar el mal, también indagaba en el accionar y dinámica de esta propagación multi-yoica :

“Si alguna tiene una ocurrencia que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra proponiéndome un paseito al cementerio. Ni bien aquella desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en mostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa hasta la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante con las gallinas.”

Pero Girondo hombre animado como pocos, no solo da el diagnostico, describe las particularidades del mal si no que también se anima a proponer un remedio o principio de remedio:

“(...) antes de cometer el acto mas insignificante (...) prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que [las personalidades] se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener al menos, la satisfacción de mandarlas todas juntas a la mierda.”

Este sabio método, mezcla de introspección meditativa y ejercicio violento de la voluntad -algo digno de una persona enérgica como Oliverio- nos hace retomar el hilo inicial ahí donde parecía estar irremediablemente perdido.

Somos muchos, si. Y también cambiantes. Así es o pareciera ser al menos la cosa. Los “Seres múltiples” (según la traducción española de la terminología del budismo coreano) serían parte de los automatismos de la conciencia, todos los que creemos que somos en medio de nuestras múltiples pulsiones mas o menos contradictorias.

(Hace poco leí el libro "The evolution of consciousness" del psiquiatra Robert Ornestein, un libro científico sobre el funcionamiento del cerebro, en donde se sugiere de forma bastante clara los fenómenos neurológicos que podrían explicar la aparente multiplicidad de identidades o la presunta carencia de un núcleo estable en eso que a falta de un nombre mas ilustrativo solemos llamar conciencia ).
¿Pero hasta que punto todo esto es un problema y no una simple excusa para dar rienda a tanta innecesaria y diarreica verborragia?
Y si en verdad lo es ¿ Como hacer para que no sea un problema?

¿Cómo evitar la paranoia, la tendencias esquizoides, la disgregación, la incesante dispersión, la dilapidación de energías psíquicas?

¿Habría que seguir el ejemplo del africano? Aceptarse como devenir de conciencia fluida en el presente (y para eso olvidarse de todo lo que nos enseñaron , como si eso fuera posible).

¿Ponerse a chillar como el pseudo-esoterista aprendiz de gurú y bregar por la auto-obsevación constante de la propia multiplicidad?

¿Sentarse en posición de loto y ponerse en espectador atento del extraño coro de tripulantes de nuestro mundillo interior?

Y además...¿Alguien en su sano juicio piensa que yo puedo tener al menos por asomo la respuesta a estos interrogantes?

(El “yo” que pensó que las sabia se inhibió totalmente apenas se encontró con la responsabilidad de abrir la boca. Quizás nunca las supo. Yo siempre sospeché de ese idiota farsante)

Por mi parte si me permiten auto citarme (y si no también) reproduzco lo que el otro día ,simulando sabiduría, le escribía, a una amiga con dudas existenciales similares a las mías:

“Mi simple método consiste en darle una ocupación a cada una de estas voces, de manera que no molesten demasiado, así al criticón lo convierto en critico de arte, al exhibicionista lo mando a actuar y al que se niega a crecer lo hago tocar en una banda de rock”

Por supuesto a todo esto tendría que agregar lo que a esta altura se me revela como casi obvio. Y es que la única ocupación que puedo darle al pensador-enroscado-analítico-múltifrenico y verborragico inquilino neuronal que tan a menudo me visita , el que comenta al margen, cita todo el tiempo, el que siempre tiene algo que decir o acotar y se niega a callarse es precisamente esta:“Ma si loco, quedate con el blog,...pero yo propongo el tema!”.
Además esto me conforma al menos por hoy- porque casi me exime de toda culpa ante este malogrado , engorroso e innecesariamente largo post, me sitúa en el campo de la terapéutica exploratoria y me aleja de las pesadas responsabilidades e irresponsabilidades del arte, la filosofía ,el entretenimiento y el estreñimiento personal. Y sobre todo deja “agotado” por desorientación al tipito en cuestión...

(Como quien chapotendo boludamente en las profundidades que desconoce se descubre, un día nadando de espalda, perrito o plancha entre los tiburones por pura vocación suicida
o de amor mas grande a algo que vaya a saber uno que es).