miércoles, febrero 20, 2013

Una expedición al centro de la anomalía

Hoy estuve realmente ocupado, haciendo nada. No hay nada mas serio que un buen chiste
y sin embargo solo se veia gente intentando ser graciosa. Entonces tuve que apagar el monitor. Todas esas personalidades modernas se veian tan pero tan anticuadas a mis ojos. Es que aun no habian sintonizado sus pseudopodos neuronales a una matriz de información no local, algo que les pudiera proporcionar un minimo de vison global-periferica, o si lo hacian-como les había ocurrido a mas de uno, quizás por llevar una vida demasiado artificial y vacía que los habia hecho anhelar desperadamente algo mas grande- en seguida pensaban en angeles, demonios o en la "Virgencita de Santo Tomillo" o la "Mano Miserdicordiosa de Nuestra Gracia Eterna", pequeñas aspirinas espirituales para una realidad en bancarrota. "Realmente no hay vida en el planeta tierra"- susurró esa voz tan extraña, a la que sin embargo me había tan bien acostumbrado. Es que somos animales de costumbres y despues de un poco, realmente no resulta tan extraño interactuar con voces altisonates en la cabeza. Mejor asi, mejor darse cuenta. Hay gente que pasa la vida haciendolas callar, es como un reflejo tan involuntario que pasa inadvertido. Esa gente (el 99% por ciento de la población planetaria, me apunta la voz extraña) no se da cuenta de nada, no reconoce las voces, las señales luminosas en los filamentos de realidad, ni los mensajes cripticos. "Realmente lo estamos haciendo"-volviò a decir la extraña voz "La ola de anomalía se ha triplicado esta mañana. ¿Sabes que es lo mas gracioso? Las personas siguen sin darse por enteradas. Ellos solo perciben caos, ruido, desordenes politicos. Apenas advierten que el gran desastre se da en el intento constante de querer recostruir un mundo que hace rato que no existe". Asentì, tratando de no decir mas nada (uno se acostumbra a ser discreto con sus pensamientos cuando sabe que no le pertencen del todo). Es que lo presentìa desde hace rato, sin duda estaban saturando la atmosfera de nanoparticulas conductoras, aumentando la cantidad de las mismas a un ritmo casi ridiculo, tensando los filamentos de realidad a limites insospechados. Que pretendian hacer con eso era algo que no podía decir. Todos estaban locos, el universo estaba loco. Yo tambien, claro, pero a pesar de todo comenzaba a disfrutarlo bastante. "Sin duda es algo positivo. No hay peligro de que te encierren"-"dijo la extraña voz "al menos no mas de lo que está encerrada esta raza cautiva de humanos terrestres a la que perteneces". Odiaba cuando se ponìa asi, la voz extraña perdìa parte de su encanto cuando se ponìa moralista. Me preguntè si no estaba poniendo algo de mis contenidos arcaicos en la trasmisiòn. Tambien eso era algo que odiaba. Siempre me fastidiò la gente que se "pisa" al hablar. Quizás era hora de hacerla callar. Uno sacudones de ultransonido en la frecuencia exacta harian el trabajo sucio. Siento ser algo grosero pero no son tiempos para sutilezas estos.
(continuará)